Inseguridad: políticas necesarias para recuperar la calidad de vida
El presidente de la Mesa Directiva del Colegio de Médicos de Santa Fe, Dr. José María Albrecht, participó de un panel sobre inseguridad y calidad de vida, junto a directivos del Colegio de Abogados y representantes de la Iglesia Católica. En el encuentro se abordó desde distintos enfoques la situación de violencia que se vive en la ciudad de Santa Fe.
El panel se realizó el pasado 26 de noviembre, en el auditorio del Colegio de Abogados de Santa Fe, bajo el título: "Inseguridad: políticas necesarias para recuperar la calidad de vida". Entre el público asistente se encontraba el intendente de la ciudad de Recreo, Mario Formento, el secretario de Seguridad Pública de la Provincia, Gerardo Chaumont, diputados provinciales, representantes de asociaciones civiles y profesionales de la ciudad.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo del titular de la institución anfitriona, Dr. Eduardo Massot, quien resaltó el trabajo mancomunado con el Colegio de Médicos y el valor de la palabra de la Iglesia Católica, representada en este evento por el vicario Javier Gonzales.
A su turno, el titular del Instituto de Seguridad Pública del Colegio de Abogados de Santa Fe, Dr. Claudio Ainbinder. presentó un exhaustivo informe sobre los homicidios dolosos ocurridos en la ciudad de Santa Fe durante el año 2013.
Ainbinder manifestó su alarma por la tasa de homicidios que se registra en la ciudad de Santa Fe. "En la Argentina se producen 5,5 homicidios cada 100.000 habitantes, lo que nos ubica como uno de los países más pacíficos de la región", sin embargo, agregó, "en nuestra ciudad tenemos una tasa de 24,5 homicidios cada 100.000 habitantes".
Luego de esto, el titular del Instituto de Seguridad Pública se explayó sobre el mapa de los homicidios en Santa Fe, identificando las zonas más conflictivas y señalando que la mayoría de las víctimas son personas jóvenes.
Finalmente, en base a los datos del informe, Ainbinder fue contundente y descartó que la baja de la edad de punibilidad pueda ser una solución. "Con estos datos se cae el mito de la edad de imputabilidad, ya que la mayoría de los fueron personas adultas y solo el 8% de los imputados tenía menos de 16 años". Por estas razones, el representante del Colegio de Abogados de Santa Fe abogó por políticas de largo plazo que involucren a todos los niveles del Estado.
"El médico es la cara visible de un sistema en crisis"
El titular del Colegio de Médicos de Santa Fe, Dr. José María Albrecht, inició su ponencia, señalando que "enfrentar la violencia que sufren los médicos y demás trabajadores del sector de la salud es uno de nuestros temas prioritarios. Lamentablemente, en los últimos años estos casos se han incrementado, sin que hasta el momento hayamos encontrado una vía de solución para este grave problema que pone en jaque el servicio de salud".
Luego agregó:
Dijimos en varias ocasiones que no aceptábamos recibir pasivamente los hechos de violencia con la simple explicación de que esto sucede porque la sociedad es cada día más conflictiva y violenta.
Tenemos la obligación de interrogarnos sobre esta situación para participar activamente del diagnóstico y las soluciones.
Frente a cada hecho de violencia nuestra primera respuesta ha sido la solidaridad con el colega agredido y el reclamo a las autoridades para que promuevan políticas de prevención efectivas que disminuyan los riesgos de todos los integrantes de los equipos de salud, exigiendo garantías a los empleadores, tanto en el ámbito público y privado.
También hemos dicho que estas situaciones deben ser abordadas por varios actores: el Estado a través de sus Ministerios de Salud, Seguridad y Justicia; los directores de hospitales, sindicatos, asociaciones médicas y agentes comunitarios.
En este sentido, hay que reconocer que algunas iniciativas se están poniendo en marcha, como es el caso de los comités mixtos de salud y seguridad, para los que habrá que esperar un tiempo para ver qué resultados arrojan.
Pero el problema no termina con políticas de prevención, cámaras de seguridad o policías en los quirófanos. Tenemos que agudizar el análisis y ampliar la mirada para entender la profundidad del problema.
En el año 2005, el sitio web especializado en temas médicos Intramed y el Servicio de Epidemiología del Hospital Italiano de Buenos Aires realizaron una encuesta que alcanzó a 30.100 médicos de Argentina, México, Colombia, Perú, Uruguay y otros países de la región. El 75% de los profesionales encuestados fueron argentinos. Y los hallazgos de este estudio son muy preocupantes:
- El 55,8% reconoció haber sufrido agresiones verbales o físicas por parte de sus pacientes o de los familiares que los acompañan.
- Los más agredidos fueron los médicos de emergencias, los psiquiatras y los tocoginecólogos.
- Casi todos los médicos que reportaron experiencias de violencia habían sido víctimas de alguna forma de abuso verbal, un tercio había recibido amenazas y un 20% agresiones físicas.
Pero tenemos que decir que se trata de un fenómeno que no respeta geografías, clases sociales o instituciones públicas o privadas.
La preocupación por los hechos de violencia en los servicios de salud está presente en la mayoría de los países de América y Europa y ha provocado pronunciamientos de numerosas organizaciones internacionales, donde se advertía que las agresiones contra el personal de la salud tiene un impacto en todo el sistema y sus prestaciones.
Los estudios sobre esta problemática apuntan que las causas de la violencia en el sistema de salud son extremadamente complejas, identificando como factores más comunes que originan situaciones de conflicto: la espera para recibir tratamiento, la insatisfacción del tratamiento proporcionado, dificultades en el acceso al sistema sanitario, y ausencia de una cultura sobre derechos y deberes entre personal médico y usuarios de hospitales.
Todo esto en el contexto de un sistema de salud que tiene al médico como la cara visible de una organización muchas veces deficiente, dejándolo como el receptor de las quejas y muchas veces las agresiones de pacientes o allegados que perciben muchas situaciones como injustas.
Esta situación que se combina con una transformación más profunda relacionado con los cambios sufridos en la relación médico-paciente. Hoy vemos, que las personas concurren a una consulta médica tienen mucha más información y, si bien esto es positivo, a veces discuten con los profesionales como si fueran colegas.
Por otro lado, la figura del médico ya no es una institución indiscutida como era antes. Estamos inmersos en un cambio social general, y así como muchos ya no respetan a un político o a un abogado, tampoco lo hacen con el médico. Y cuando las instituciones no funcionan correctamente, y en este caso podemos hablar de un hospital o una clínica, todos sus integrantes pagan las consecuencias, aunque muchos no lo merezcan.
Por eso es necesario remarcar que el fenómeno de la violencia contra los profesionales de la salud es multifactorial. No se trata de un problema individual ni aislado, sino más bien de un problema estructural y estratégico que tiene sus raíces en la crisis de los sistemas de salud.
Un sistema sanitario cada vez más complejo y un paciente cada vez más informado, más autónomo y más exigente, han determinado que la relación médico-paciente este en permanente evolución.
Si a eso le agregamos: las frustraciones de la vida diaria que se acumulan, los largos tiempos de espera, la falta de infraestructura y de insumos, la insatisfacción con los tratamientos, el escaso tiempo de la consulta y problemas en la comunicación, tenemos todos los ingredientes para que pacientes y médicos quedemos atrapados como víctimas de un sistema sobre el que no ejercemos el control.
Por ello, tenemos que seguir trabajando en el plano preventivo, pero fundamentalmente, en un análisis serio de las causas que nos están llevando a estas situaciones de violencia.